Blog / Estilo de vida / EXPLORAMOS LOS LÍMITES TERRÁQUEOS CON NUESTROS VINOS
2021-10-27
Nos llama la atención todo aquello que se encuentra en los límites, pues su existencia parece osada, desafiante. El encanto inesperado de aquellas vides que crecen en los últimos confines de nuestros dominios nos hizo pensar en que merecían un reconocimiento. Así se forjaron dos vinos que llevan nombres antagónicos pero que realmente se complementan: Límite Norte y Límite Sur de Ramón Bilbao. Os los presentamos en las próximas líneas mientras exploramos algunos de los lugares, mares y viñedos más australes y boreales del globo.
Límite Norte es un vino blanco presenta notas de fruta de hueso, flores blancas y piel de lima. Está elaborado con dos variedades muy poco frecuentes: Maturana blanca y Tempranillo blanco. Ambas crecen en la zona más occidental de La Rioja, allí donde la influencia atlántica es mayor.
El Atlántico es un océano que con sus corrientes regula gran parte de la temperatura de la Tierra. Una enorme masa de agua cuyo límite norte se encuentra en la línea aproximada del Paralelo 60o Norte que une el Estrecho de Davis desde la Costa de la península de Labrador hasta Groenlandia.
Reikiavik (Islandia) es la capital más al norte del planeta, junto a ella varias ciudades nórdicas pueden presumir de estar en uno de los confines habitados del globo. Existe bastante consenso en otorgar a Longyearbyen (archipiélago Svalbard) en Noruega el estatus de población más boreal del planeta. Aunque la ONU establece que para denominarse ciudad debe de tener al menos 20.000 habitantes con lo que muchos pequeños asentamientos humanos, incluso el mencionado, la mayoría de ellos pueblos pesqueros o bases científicas habitadas durante todo el año, tanto en el norte como el sur del globo, no tienen la categoría de ciudades.
Encontramos viñedos testimoniales fuera de los límites considerados naturales en el norte de Europa. Algunas plantaciones en los países bálticos y nórdicos desafían las heladas y la capacidad de la uva para madurar con baja insolación. Sin embargo están enmarcados dentro de uno de los efectos del cambio climático: el progresivo desplazamiento hacia el norte de la línea que marcaba el límite norte de la viticultura.
Límite sur es un monovarietal de Garnacha obtenido de una parcela en la Sierra de Yerga. Un tinto intenso con notas de fruta roja, monte bajo y sutiles notas de pimienta rosa. Procede de un viñedo en altura, azotado por el fresco Cierzo y el Levante, de componente mediterráneo.
Pero si hablamos del continente más ventoso, es curioso constatar que es la Antártida. Un continente extremo en todos los sentidos. El continente que ocupa el límite sur por definición del globo sufre el azote de vientos heladores y sostenidos que superan los 100 km/h y que se conocen como vientos catabáticos. Un factor climático que todavía hace más inviable la presencia humana en su superficie.
Si hablamos de límite sur habitado nos vendrá a la mente Ushuaia (Argentina) que es considerada la ciudad más austral del planeta si se observa el requisito de superar los 20.000 habitantes. Sin embargo, el Gobierno chileno le dio estatus de ciudad a Puerto Williams y sus 2.000 habitantes, entrando en pugna directa por el título de ciudad más austral.
Los viñedos plantados más al sur del planeta también se encuentran en estos dos países de Sudamérica, aunque realmente la región vinícola consolidada ubicada más al sur de la Tierra es Central Otago, en Nueva Zelanda. Wellington, su capital, es también la más austral de nuestro planeta.