Blog / Gastronomía / ¿QUÉ VINO VA MEJOR CON EL QUESO?
2019-10-11
La relación de maridaje entre el vino y el queso viene de largo. Históricamente, cuando se servía un vino de baja calidad, se solía acompañar de un pedacito de queso en el intento de disimular su sabor, de ahí la frase “¡que no te la den con queso!”. Esa afinidad entre ambos productos, aunque en sus inicios fuera con otro objetivo, dio lugar a una tradición de maridaje que se ha convertido en todo un clásico de casas, tabernas y restaurantes de, prácticamente, todo el mundo.
Existen multitud de posibilidades y combinaciones entre vino y queso, dada la amplia variedad que hay de ambos a lo largo y ancho del mundo. Solo hay que pensar en la cantidad de vinos que existen teniendo en cuenta, simplemente, si son blancos, tintos o rosados o si son jóvenes o crianzas. Por no hablar de sus características organolépticas.
Lo mismo sucede con la amplia variedad de quesos que se pueden encontrar en cada país. En este caso, dos de las principales diferencias son el tipo de leche con la que se hacen -vaca, cabra u oveja-, y el tipo de elaboración. Ésta última da lugar a dos clases: pastas blandas y pastas prensadas.
Entre los quesos más conocidos se encuentran los que cuentan con Denominación de Origen o Denominación de Origen Protegida y algunos provenientes de diferentes regiones que no están bajo ese paraguas, pero tampoco es necesario. Ejemplo de ellos son el Gruyère, Gouda, Roquefort, Gorgonzola, Camembert, Appenzeller, Brie, Cabrales, Manchego, Mahón o de Cameros, entre muchos otros. Pero, ¿cuáles son los mejores quesos para combinar con vino? A continuación, tienes una pequeña guía para saber cómo elegir los quesos según para qué vino y viceversa.
Los quesos de pasta blanda, sin prensar y de textura untuosa o cremosa, como el Brie y el Camembert combinan a la perfección con vinos blancos ligeros y afrutados. Incluso pueden ser perfectos con algún tinto joven como nuestro Ramón Bilbao Viñedos de Altura cuyo aroma sea suave. El objetivo es evitar que se enmascare el sabor del queso.
Es menos habitual maridar los quesos frescos, pero ¿y por qué no? Este tipo de quesos, ya sean elaborados con leche de vaca, cabra, oveja, son perfectos para combinar con blancos jóvenes como nuestro encantador verdejo y afrutados e incluso espumosos como el moscato. Si se acompaña con un picoteo dulce o salado deberá tenerse en cuenta también a la hora de maridarlo. Si éste es dulce, le irán los blancos más dulces y espumosos. En cambio, si el acompañamiento es salado, irá mejor con un vino blanco seco.
Una de las combinaciones clásicas de vino y queso es el maridaje de queso Manchego con vino tinto crianza. En función de la curación del queso, tierno, semi-curado o curado, congeniará mejor con un vino joven o crianza. La clave está en maridar el queso tierno con el vino joven y el curado o semi-curado con vinos crianza. De esta manera los sabores no se enmascaran.
Los quesos de sabor más fuerte como los Gorgonzola, Cabrales, Roquefort y otros quesos azules son perfectos para maridar con vinos dulces, licorosos como los amontillados o el Porto. Este maridaje se hace es así porque su sabor es tan potente que, al contraste, sorprende al paladar.
Los vinos tintos contundentes, intensos y astringentes se deben mezclar con quesos que tengan mucha potencia de sabor como el Gruyère o el Appenzeller. Así se logra que ninguno de los dos productos salga perdiendo y pierda sabor.