¿QUÉ HACE QUE UNA MARCA SEA ADMIRADA?

En primavera el amor estalla y esta primavera nosotros no podemos sentirnos más felices. Por quinto año consecutivo, nos habéis demostrado que nos queréis. Solo 7 marcas españolas figuran en la lista que agrupa las 50 marcas del sector del vino más admiradas en el mundo, que año tras año publica la prestigiosa revista Drinks International, y ¡ahí estamos!

Ramón Bilbao aparece nuevamente como una de las marcas de vinos más admiradas del mundo, al lado de nombres tan prestigiosos como Romanée-Conti (Borgoña, Francia) Penfold’s (Australia), Catena Zapata (Argentina) o la mítica firma Antinori de la Toscana, que por primera vez encabeza este ranking. Los responsables de confeccionar la lista han sido periodistas, sumilleres, mayoristas, Master of Wine, escritores y propietarios de bares además de compradores. Gracias a todos.

En la nota de valoración que la prestigiosa revista Drinks International hace sobre Ramón Bilbao destaca el compromiso con el medio ambiente y la viticultura sostenible. También el reconocimiento y la aportación de nuestra marca a nivel global, con clara orientación al cliente y afán de proyección del vino español hacia el futuro, siempre manteniendo la identidad propia.

¿Por qué admiramos las marcas?

Admiramos las marcas como admiramos a los actores y actrices o cantantes famosos. La admiración y entusiasmo nace de una conexión emocional basada en experiencias, por ejemplo aquello que sentiste mientras compartías un Ramón Bilbao Edición Limitada Lías Verdejo  durante una ocasión especial.

Pero ¿Qué es la admiración? Aristóteles decía que la filosofía nació de la admiración. En un mundo de incesante actividad, repleto de seres pragmáticos con poco tiempo para cuestionar o preguntar, la admiración permite justamente lo contrario: abrir los ojos al mundo como si fuera la primera vez y formular preguntas, valorar y apreciar.

Determina la RAE que admirar es “ver, contemplar o considerar con estima o agrado especiales a alguien o algo que llama la atención por cualidades juzgadas como excepcionales”. Y aquí el verbo “juzgar” es el que gana protagonismo: la admiración por las marcas proviene de lo que los clientes perciben de la marca, no de lo que la marca comunica.

¿Qué pasa cuando admiramos una marca?

En la admiración siempre hay implícito el orgullo, porque damos un gran valor a aquello que admiramos. Así que una marca admirada es aquella que ha logrado ganarse el amor, la confianza y el respeto de sus clientes. Y con la admiración viene la fidelidad y las relaciones a largo plazo: como Ramón Bilbao nunca te ha fallado… ¿no elegirías un Mirto para quedar bien en tu próximo compromiso? Ser admirada es el objetivo final de cualquier marca, porque los clientes no solamente la conocen, sino que la perciben como muy valiosa, la defienden y la recomiendan. Pero ¿Cómo se llega a ser una marca admirada?

Según el libro Brand Admiration: Building a Business People Love de C. Whan Park, Deborah MacInnis, y Andreas Eisingerich, estos son los tres elementos a tener en cuenta para lograr que una marca sea admirada:

1. Ofrecer beneficios que brindan placer y soluciones en la vida del cliente, como facilitar la elección del vino o garantizar que con nuestra marca no hay riesgo, siempre quedarás bien.
2. Seducir y llegar al corazón: si el primero es un beneficio racional, el segundo es emocional. Aquí se trata de estimular la curiosidad, entretener, facilitar que el cliente se sienta gratificado… Este enfoque emocional es muy importante con el vino, porque forma parte de nuestros momentos de diversión y placer.
3. Enriquecer e inspirar. Se trata de construir una reputación a largo plazo, mostrar que la marca es distinta y que está comprometida con sus valores. Aquí es donde se desarrolla el sentimiento de pertenencia del cliente.

En Ramón Bilbao trabajamos desde nuestros inicios para brindar placer, inspiración y  creatividad a nuestros clientes. También queremos enriquecer e inspirarte, por ello lanzamos iniciativas tan ambiciosas como el Spanish Wine Master. Nada en lo que hacemos queda al azar, desde el trabajo del viñedo hasta el último detalle de servicio de nuestros vinos son parte de una pasión y unos valores que compartimos y queremos fortalecer. Apostamos por la excelencia, la sostenibilidad y el territorio y contamos contigo para crecer.