5 PLAYAS EUROPEAS PARA DISFRUTAR DEL MAR Y DEL BUEN VINO

“Ella, más que nada, amaba el mar que tanto la ataba a la tierra”. La escritora catalana Mercè Rodoreda firmó hace años este bellísimo texto en uno de sus libros imprescindibles. Muchos lo habrán recordado delante del mar. El azul y las olas con sus distintas intensidades y velocidades, curan, revitalizan, calman y retan… A estas alturas del año ¿habrá alguien que no esté pensando en relajarse en una playa de aguas cristalinas? ¿Y en abrirse una botella de vino tras un día de sol, sal y silencio? En este artículo vamos a descubrir cinco lugares remotos del continente europeo donde disfrutar de vistas placenteras y aguas serenas.

Wine Style Travel

Julio ha sido especialmente caluroso con dos olas de longitud hasta ahora nunca vistas. En verano es inevitable no pensar en un destino de mar para desconectar y volver a conectar. Es decir, para irse de vacaciones. Cuando las planeamos se agolpan en nuestra cabeza infinidad de destinaciones  aunque muchas de ellas, por estas fechas, están demasiado concurridas. Así que os proponemos viajar a islas y a litorales del continente menos masificados pero igualmente atractivos…. Y en los que podréis disfrutar de una buena copa de vino mirando al mar. 

¿QUÉ VALORAMOS DE UNA PLAYA?

Seguramente no hay una respuesta única, porque según cómo somos y qué nos gusta, responderemos en un sentido o en el otro. Pero unos básicos serían la transparencia del mar, la belleza del paisaje que la abriga y el silencio que respiramos para poder escuchar el vaivén del mar, ¿verdad?  

Con esta premisa, vamos a identificar 5 playas europeas que nos regalen días de verano 10, a los que sólo les pueda faltar un broche de oro como lo es la elección de un buen vino, tomado al atardecer, servido a temperatura y en la copa correcta, compartiendo lectura, gastronomía, música o una conversación relajada.  

5 DESTINOS DE PLAYA PARA DISFRUTAR DEL MAR Y EL VINO ESTE VERANO

ANAFI, ISLAS GRIEGAS

Las Islas Griegas suelen estar a tope en verano, pero hay rincones secretos como Anafi, en las Cícladas. Parece que no haya pasado el tiempo por esta isla que se mantiene virgen y llena de playas exóticas.  El sol se levanta muy temprano. No circulan vehículos, sólo quads y motocicletas. Cada esquina es un cuadro. Monastiri es una playa salvaje, de arena dorada y agua cristalina. No apetece para nada irse.  Así que una buena opción es disfrutar del atardecer sobre el mar y combinarlo con “luz intensa, cierzo y naturaleza”, el mensaje que esconde Lalomba rosado de Finca Lalinde. 90% de garnacha y 10% de viura en un ensamblaje elegante y sugerente para celebrar la puesta del sol en verano.   

SICILIA, ITALIA

Sicilia siempre es una buena opción para reconectar. Además del Etna y de la riqueza arqueológica y patrimonial de la isla italiana, en el norte hay un remanso de paz que son las Eolias.

Todas las islas tienen una belleza muy particular aún cuando Vulcano está humeante al fondo, pero Salina es especialmente luminosa. Hay que hospedarse en el municipio de Pollara, donde el cine de verano proyecta al aire libre la película d’Il Postino rodada en la isla que regala estampas maravillosas… como la de Pablo Neruda bañándose en su playa. 

A primera hora de la mañana es un gusto nadar en las aguas plácidas de Pollara, ante el cráter derrumbado de un antiguo volcán. Luego hay que celebrarlo con un desayuno de tenedor italiano y brindar con  “La finura al límite del bosque de Montaraz” de Finca Valhonta de Lalomba que nos habremos llevado de viaje. Finura y equilibrio en el extremo más atlántico de La Rioja. Lo bien que sienta una copa de tempranillo para empezar un día de vacaciones.

ALENTEJO, PORTUGAL

Portugal nunca defrauda. La elegancia decadente de Lisboa puede combinarse con una escapada de tres días al Alentejo con sus acantilados y playas extremas que nutren de aire los pulmones y de energía el cuerpo. La temperatura del océano siempre es un reto pero cuando hay horas de sol acumuladas, ganan las ganas.  Algunas de ellas no son accesibles pero cuando se llega a la orilla, se agradece el viaje. Ocurre en Praia Amália. Se llega tras recorrer un sendero corto. Si hay marea alta, la disponibilidad de arena es inferior, pero el entorno es igualmente sorprendente.  Debe su nombre a la cantante de fados portuguesa Amália Rodrigues. En ella se refugiaba cuando quería distanciarse del mundo. Un lugar hipnótico, que te engulle por la amplitud, la belleza y el misterio. Conectar el móvil sólo para escuchar fados y tomar ese vino que llevamos en la mochila.  Por ejemplo, Mirto a temperatura veraniega, un 100% tempranillo riojano de viñedos de más de 90 años de edad. Un vino de reposo, de calma, de reflexión que regala aromas de fruta negra, pimienta negra, menta, sándalo y balsámicos. Redondo y maduro, con acidez refrescante para despedirse del día por todo lo alto. 

MALLORCA, ISLAS BALEARES

En Mallorca, Cala Tuent. Un paraíso azul entre verdes, la mejor de la Sierra de Tramuntana. Se tarda en llegar, pero nunca nadie quiere irse de este rincón de playa, con piedras. Es preferible ir a media tarde cuando el sol calienta pero no abrasa. Cuando van quedando pocos bañistas, cuando empieza a gobernar el silencio y la quietud, es el momento ideal para darse un baño y saborear al salir del agua Ramón Bilbao Rosado, un coupage de garnacha tinta y viura. Es elegante, sofisticado y delicado.   

CABO DE GATA, ALMERÍA

En Almería, en Cabo de Gata, Playa de los Muertos. A pesar del nombre, uno revive en ella. 15 minutos a pie hasta llegar a la orilla y gloria para todo el día. Llevarse bien fría una botella de Ramón Bilbao Edición Limitada Lías Verdejo siempre es un buen plan. Cuando sobre el mar se reflejen los últimos rayos de sol, hay que descorchar este vino lleno de matices cítricos y fruta de hueso. Notas tropicales, herbales y especiadas, con balsámicos de fondo. Verticalidad y cremosidad en un vino para celebrar las últimas horas del día.     

A disfrutar de los lugares recónditos y de los sorbos de vino. ¡Feliz desconexión!