Disfruta del vino con los cinco sentidos.
Por increíble que parezca, la música afecta al modo en el que percibimos el aroma y el sabor del vino. Cuando escuchamos una melodía no sólo el oído se pone en acción, también otros sentidos activan regiones del cerebro en función de la música que escuchamos.
¡Sírvete una copa de Ramón Bilbao Reserva
y disfruta de las sensaciones que te provoca esta rapsodia!
Necesitarás AURICULARES TIPO CASCOS y un antifaz u objeto con el que puedas tapar tus ojos. Asegúrate de encontrarte en un entorno tranquilo y sin distracciones, donde te encuentres cómod@ y segur@ y con una temperatura ambiente adecuada.
Ponte los auriculares, sitúa tu copa de vino justo enfrente de ti y dale al play. Dispones de un minuto de audio para ajustar el volumen, taparte los ojos y tomar la copa en tus manos. Mantén siempre tu copa de vino en contacto con tus manos.
Huele y degusta el vino justo al comienzo del audio, y luego con cada cambio que percibas en su estructura: melodías, ritmos, sonidos, cadencias… Notarás que en cada “estación” el vino cambia, y se percibe como vinos diferentes según el momento del audio en el que te encuentres. Relájate, déjate llevar, y disfruta de la experiencia.
Las sutiles disonancias armónicas de un piano inspirado en el impresionismo francés, son el plano sonoro-emocional de la melodía compuesta para este vino elegante y sincero, que aventura sensaciones vanguardistas sin abandonar su clásica esencia.
A renglón seguido, agudos y persistentes staccatos arropan un chelo grave, que repite y desarrolla la melodía inicial pincelando el cedro y aflorando la fruta negra y roja, tarjeta de presentación de este gran vino.
No es un mal comienzo para tras el último arco de chelo de esta estación, deleitarnos en la aterciopelada transición de su textura, y entrar de lleno en un canon contratenor que aterciopela el paladar y nos invita a percibir la canela, las natillas, el hogar.
De la uva vengo, a tu alma voy.
Y de repente la hipnosis.
Obviamos la armonía, la estructura, y nos abandonamos al sonido. Sonido hipnótico, repetitivo, transformador. Sonido a hoja muerta, a bosque viejo, a tierra húmeda, a frío.
Estamos inmersos en el isobosque de Ramón Bilbao Reserva,
y nos dejamos llevar...
Sal de tu trance, abandona mi oscuro bosque. Porque también soy modernidad, frescura, regaliz y menta. Despierta a la luz del jazz que escondo dentro.
Y luego recuérdame,
recuerda lo que fui,
lo que soy,
y todo lo que te ofrezco.
Violonchelo: Tania Rodríguez / Saxo: Neftalí Robaina / Contratenor: David Batista / Sonido: Greg de Dr. Wattson Estudios / Mezcla y Mastering: Martín Calabria / Composición y pianos: Samuel Miranda
Una producción de Wine Loves Music para Zamora Company