2018-06-27
Después de una primavera atípica por fin llega el verano a Ramón Bilbao. Durante la estación estival, con el cuajado de las bayas, las plantas muestran su máximo esplendor. Nosotros lo celebramos con la creación de unos packs muy especiales.
La primavera es una época muy importante en el ciclo de la vid, tras el letargo invernal las plantas comienzan a despertar. Las temperaturas suben y las cepas, tras el lloro -después de la poda-, inician su ciclo vegetativo con el nacimiento de los primeros brotes. Tras el largo invierno de este año, la brotación se ha retrasado respecto al 2017, año en el que sufrimos un adelanto de unos 15 días aproximadamente. Este año, en Rueda, los primeros brotes despuntaron a mediados de abril, y en Haro a finales del mismo mes, nos cuenta Rosana Lisa, directora de Innovación en Bodegas Ramón Bilbao.
Mimos a la vid
Durante la primavera tiene lugar la floración; uno de los momentos más críticos y delicados del ciclo fenológico. Mayo y junio han sido meses muy lluviosos, y por tanto con alta humedad atmosférica. Debido a estas condiciones las plantas tienen mayor sensibilidad al desarrollo de enfermedades; hecho que implica un mayor control y seguimiento en el viñedo.
Nuestros técnicos de campo han estado especialmente atentos a la prevención del oidio y el mildiu, enfermedades de la viña que suelen proliferar en condiciones de humedad. El conocimiento experto de cada una de nuestras parcelas al igual que las innovaciones tecnológicas, contribuyen al extremo cuidado de nuestras vides antes del cuajado de las bayas. Desde Ramón Bilbao somos muy rigurosos con las operaciones a realizar en el campo, como la espergura -eliminación de brotes herbáceos con el objetivo de favorecer la producción y calidad de las uvas- o la poda en verde más adelante para generar una buena aireación y unas condiciones perfectas de sanidad a la vez que una óptima maduración, nos cuenta Rosana.
La localización en altitud de algunos de nuestros viñedos es un factor muy positivo para lograr la aireación necesaria de las vides. Gracias a los constantes proyectos de innovación, en Ramón Bilbao se han implantado controles en viñedo con el objetivo de conseguir vinos únicos. Estamos trabajando de manera activa en el marco de la sostenibilidad, queremos reducir los tratamientos en viñedo, atendiendo así a diferentes modelos informáticos, que predicen el posible desarrollo de enfermedades, concluye Rosana.
La evolución de los viñedos en Ramón Bilbao tiende al perfecto conocimiento de los mismos y aunque aún es pronto para valorar la calidad de la futura cosecha de 2018, la elevada pluviometría hace prever que será abundante . ¡Seguro que así será!