2017-06-02
Este año, a través de nuestra campaña “Madera, vino y música” vamos a hacer un viaje en el que descubriremos que aquello que nos apasiona puede contener alma. En nuestra serie de 5 capítulos hablaremos sobre el alma de la música y el alma del vino, y su hilo conductor, la madera. No te pierdas ninguno de los videos que forman estos capítulos en nuestro canal de YouTube y nuestras redes sociales, o en: http://www.bodegasramonbilbao.com/musica-y-vino/
Rodolfo Bastida, enólogo y director de bodega, asegura que todos los sentidos participan en la elaboración del vino, aunque quizás es el oído el que tiene menos relación con él. Por eso queremos atraerlo consiguiendo plasmar toda el alma de Ramón Bilbao.
El alma de nuestro vino reside en sus orígenes, donde toma forma y se arraigan los olores. Nuestro maestro tonelero elige los robles más fuertes para elaborar las barricas, aquellos que han tenido que crecer alto para poder estar más cerca del sol. Estos árboles consiguen transmitir sus virtudes a nuestros vinos, enriqueciéndolos y aportándoles matices inigualables.
Las barricas mantienen el vino durante mucho tiempo, por lo que tiene un papel muy importante; deben conseguir que la expresión del viñedo quede intacta y se mantenga fuerte en el tiempo.
Los aromas de fruta tropical, coco o chocolate que pueda tener el vino provienen de la barrica, por lo que es importante elegirla bien, saber qué carácter queremos aportarle al vino y dejar que se rodee de todos los matices. Los orígenes del roble también influyen en la formación de esa esencia propia de cada vino. En nuestro caso utilizamos un 60% de roble americano y un 40% de roble francés, siempre buscando una originalidad única.
Dentro de poco podremos ver como un luthier escoge una de nuestras barricas para hacer algo muy especial: darle música a nuestra alma.
Disfruta con nosotros esta gran aventura con un único objetivo: darle música a nuestra alma. El viaje comienza aquí.