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2021-12-28
Si enumeramos los hitos principales de la Navidad, hablaremos de las reuniones familiares, mencionaremos el buen vino y el turrón, quizás la nieve y algunos momentos que forman parte del imaginario navideño en nuestro país: la lotería, las campanadas y sus doce uvas, y también, el concierto de Año Nuevo donde juegan un papel principal los grandes auditorios del mundo.
Este mes, como no podía ser de otra manera, celebramos la Navidad y lo hacemos con música y mucha cultura. En este post repasamos los grandes auditorios del mundo, empezando por la Sala Dorada del Musikverein de Viena donde tiene lugar uno de los conciertos de música clásica más significativos del año: el concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena.
El concierto de Año Nuevo en Viena
Tú y mil millones de personas de cincuenta y cuatro países del mundo podréis escuchar el concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena en la mañana del 1 de enero de 2022. Es un acontecimiento planetario e íntimo a la vez. El aforo en la capital austriaca es muy limitado, pero nada impide que sea tu primer concierto del año y transformes tu salón en un palco de primera. Incluso puedes abrirte un vino Ramón Bilbao para la ocasión.
El concierto en la Sala Dorada del Musikverein de Viena es el evento con el que muchos comenzamos el nuevo año. En el programa, siempre hay lugar para el vals El Danubio Azul, de Johann Strauss (hijo)y la contagiosa alegría del la Marcha Radetzky de Johann Strauss (padre), cuando los rítmicos aplausos de los asistentes acompañan los compases de esta obra, seguramente la más representativa de este concierto. Con distintas variaciones del programa, este concierto viene realizándose desde 1939.
Viajar a la música por distintas ciudades
¿Qué viajes nos deparará el 2022? En los últimos tiempos hemos tenido que aprender a contener nuestra ansia de planificar viajes. A aquellos que disfrutamos con la música clásica nos motiva viajar a auditorios especiales, donde el sonido de los instrumentos se magnifica por el peculiar diseño de la sala que alberga el concierto.
Algunos son arquitectónicamente espectaculares, como la Ópera de Sidney, la Ópera de Oslo o la Filarmónica de París. Frecuentemente, por sus dimensiones se convierten en iconos de la ciudad en la que están, siendo Sidney el ejemplo más claro de esta importancia.
A esta lista de edificios espectaculares se han sumado recientemente auténticas obras faraónicas dedicadas a la música, como la Harbin Ópera House, en la provincia china de Heilongjiang o el Teatro Ópera Explanade de Singapur. De ambos se presume una acústica increíble, milimétricamente diseñada para que cada uno de los espectadores de sus cientos de butacas, viva una experiencia inolvidable.
Auditorios clásicos del mundo
Otros auditorios, como el Palau de La Música Catalana de Barcelona o el Royal Albert Hall londinense tienen tanta historia entre sus paredes que disfrutar de un concierto en una de sus butacas es casi un privilegio que nos conecta con los cientos de melómanos que durante años han presenciado conciertos en ellos. Algo similar ocurre a los afortunados que frecuentan la programación musical del Palacio de Bellas Artes mexicano, ubicado en el Centro Histórico de la capital americana.
La Sala Académica del Conservatorio de Santa Cecilia, en Roma, sería otro de estos lugares tan especiales. Allí se puede escuchar el gran órgano Walcker- Tamburini, construido en 1894. Acostumbramos a relacionar estos majestuosos instrumentos con las iglesias, constatamos allí que este órgano ha sido siempre destinado para el aprendizaje de los alumnos y los conciertos. Una acústica maravillosa, la que tiene esta sala que ha presenciado numerosas clases magistrales de música.
De vuelta a nuestro palco
Volvemos a nuestro salón o a la estancia de nuestra casa donde nos sentamos a escuchar música. Algunos siguen prefiriendo que las notas procedan del vinilo ante las versiones digitales más propias de este siglo, una opción muy respetable.
En nuestro palco privado disfrutaremos de un pequeño concierto, que siempre mejorará con una copa de vino Ramón Bilbao en la mano. Solo la soltaremos en el caso de que suene la mencionada Marcha Radetzky y queramos aplaudir.
¡Feliz año 2022!