VISITAS VIRTUALES A LOS PRINCIPALES MUSEOS DEL MUNDO

Dos pasiones a la vez: el vino y el arte. Admirar el trabajo de pintores y escultores desde nuestra casa, tomando un vino. Mientras esperamos a poder viajar con total libertad y disfrutar de los museos sin tantas restricciones de aforo, sacamos algo de partido de esta situación. Por primera vez podemos aunar dos de nuestras pasiones y le vemos la parte buena: nunca antes habíamos podido tomarnos una copa de vino en un museo.

Wine Style Travel

Pensamos en las visitas virtuales a los principales museos del mundo y nos viene en mente de inmediato que quizás funcione la sinestesia, quizás las sensaciones que nos producen las pinturas se acentúen al estar bebiendo a la vez uno de nuestros vinos preferidos. O incluso al revés, será la belleza de los cuadros las que haga que nuestro vino esté todavía más rico que de costumbre.

La sensación en una visita virtual a un museo tiene una clara ventaja. No hay nadie más. El museo aparece sin más visitantes que nosotros mismos. Algo casi imposible en una visita física, en la que los cuadros más famosos siempre están rodeados de otras personas con los que irremediablemente uno comparte observación.

Algunas de las mejores visitas virtuales

Elegimos un vino, en este caso el Ramón Bilbao Reserva Original y nos conectamos a la web del Hermitage. El gran museo de San Petersburgo dispone de una minuciosa visita virtual en 360º con información adicional de la gran mayoría de las obras expuestas que se despliega con un click.

Seleccionamos en el croquis las salas que nos interesan y moviendo el cursor por los pasillos creemos pisar los suelos ajedrezados de esta gran pinacoteca. La sala de los sarcófagos del Antiguo Egipto o la sala de los Textiles Coptos se abren con claridad en nuestra pantalla. También las exposiciones temporales, que nos trasladan a la decoración de la Rusia de los Zares o al arte asiático.

Tenemos una cita con un cuadro en el MOMA, La Noche estrellada de Van Gogh, su conservador nos va a desvelar los misterios que encierra este trazo circular y cargado de pintura del genial pintor holandés. Y nosotros nos hemos abierto un Ramón Bilbao Rosado bien fresco para escuchar esta charla virtual cómodamente desde nuestra casa.

En el museo neoyorkino apuestan por las visitas virtuales guiadas de mano de los conservadores o los comisarios de exposiciones temporales. Sin limitaciones de aforo, estas visitas que antaño eran privilegio de solo unos pocos llegan al gran público que puede acceder a ellas desde cualquier parte del globo. Muchas de ellas quedan subidas a internet en plataformas de vídeo o incluso pueden descargase como podcast.

En el Museo del Prado la experiencia virtual es muy reciente. Sin embargo se ha apostado por una visita de calidad que tiene un coste simbólico (2,5 Euros) en una de sus exposiciones estrella: Pasiones mitológicas.

Entramos en una dimensión de calidad optimizada, en la que los cuadros se ven a un detalle increíble a través de la pantalla. Además, recorremos la exposición de la mano de uno de sus comisarios, Alejandro Vergara.

Una visita tan especializada e intensa como el tinto Mirto de Ramón Bilbao, que siempre va ligado a grandes momentos.

La Tate Modern londinense ofrece un tour virtual de la mano de su directora Frances Morris que utiliza la plataforma 360º de Facebook, por lo que es necesario estar conectado a esta red social para visualizarse. Tate Modern también apuesta por pequeños vídeos que preparan la visita física: biografías de los artistas expuestos o comentarios de las obras que allí pueden visitarse. Recorremos los apartados más visuales de su web con una copa de Límite Sur de Ramón Bilbao, un vino que nos encanta.

Uno de los museos más conocidos y el más visitado del mundo del mundo, el Louvre parisino, nos deja boquiabiertos con su experiencia virtual estrella: la Gioconda en nuestra casa.

La obra más famosa de Leonardo da Vinci tiene su propia aplicación para Smartphone. Descargándola, un narrador nos cuenta (incluso en español) la historia sobre el famoso oleo y la protagonista del retrato mientras que la Mona Lisa, fuera del cuadro, parece escuchar y reaccionar a sus comentarios. Estamos a punto de ofrecerle una copa de nuestro Ramón Bilbao Edición Limitada, el vino que hemos elegido para esta experiencia. Un fondo de realidad virtual sirve de escenario por el que se suceden personajes, referencias históricas e incluso se nos muestra el estado de conservación de la parte trasera de la tabla.