Blog / Estilo de vida / VINOS Y VIOLINES CON ALMA
2020-07-31
Muchas son las similitudes que pueden trazarse entre vino y música. Afinamos más y también encontramos temas tocantes entre vinos y violines.
Los compositores escriben sus obras en partituras y son muchos quienes posteriormente las interpretan. Los enólogos elaboran vinos que llegan a miles de personas, y seguramente cada uno de ellos hace una interpretación genuina de lo que se ha encontrado en la botella, en base a su experiencia catando vinos, su formación o su estado de ánimo.
Los violines tienen alma. Literalmente. Una de las piezas que se coloca a presión entre la tapa y el fondo del violín recibe este nombre. Si se afloja o cae, el violín suena mal, pues no se puede tocar bien sin alma.
También los vinos tienen alma, pues es el esmerado resultado de muchas personas que aman su trabajo. Uno de los proyectos más bonitos de Ramón Bilbao fue Alma, un vino criado en una barrica a partir de la cual un lutier fabricó un violín. El genial violinista Ara Malikian participó en este proyecto en el que vinos y violines quedaron íntimamente unidos para siempre. El vino Alma de Ramón Bilbao puede adquirirse en su tienda online.
Una gran historia, la de este violín fabricado a partir de duelas que nos lleva a pensar en otros violines y en otros compositores e intérpretes. Citemos algunos.
Grandes violinistas con alma de la historia
Comencemos con los mitos, como el genovés Niccolò Paganini, fallecido en 1840. Un virtuoso del violín que supo hacer de su defecto virtud, pues de él se dice que tenía una malformación en los brazos que le permitía tocar el violín con un ángulo y soltura difícilmente igualables. A él le debemos, entre otras obras, la pieza “La Campanella”, una bella composición habitual en los repertorios de los grandes violinistas.
Cuatro años más tarde, en 1944 nacía en Pamplona Pablo de Sarasate, el gran intérprete y compositor que España aporta al olimpo de los violinistas. A él se le atribuye la frase “Me he pasado tocando el violín unas catorce horas al día durante 37 años y la gente dice que soy un genio” que da la medida de la dureza y dedicación de esta profesión reservada a unos pocos. Muchas de sus composiciones, que suenan en auditorios de todo el mundo, llevan la gracia, la alegría y la energía contagiosa española en el pentagrama.
Ya en el siglo XX, es necesario mencionar a Yehudi Menuhin, considerado uno de los más grandes violinistas de todos los tiempos. De ascendencia judía, nacido en EE.UU y fallecido en 1999, fue un activista en pro de la tolerancia, utilizando la formación musical en la infancia como arma contra la discriminación. En 1992 creó la Fundación Menuhin con el objetivo de perpetuar los valores que defendía. Dio innumerables conciertos como violín solista interpretando partituras de Bach, Ravel o Beethoven. También fu director de orquesta.
Violinistas contemporáneos, una mujer entre ellos
De Menuhin pasamos a otros grandes músicos contemporáneos como Itzhak Perlman (1945), destacando su inolvidable interpretación al violín de la Banda Sonora del film “La Lista de Schindler” compuesta por John Williams. En este vídeo lo dirige el gran Gustavo Dudamel.
En otra liga juegan violinistas que han trasgredido la disciplina clásica de la cuerda frotada para llegar a otros públicos. Hace unas décadas la violinista Vanessa Mae revolucionaba el panorama de la música clásica interpretando en clave tecno pop piezas de compositores consagrados. Queda para la historia que su disco “The Violin Player” vendiera más de tres millones de discos colándose en la lista de los más vendidos en 1995. La frenética versión “Storm” de “Las cuatro estaciones” de Vivaldi, fue su interpretación más conocida.
Otra virtuosa del violín es la alemana Anne-Sophie Mutter (1963), que posee un estilo propio de interpretación que ha creado escuela. Su temperamento, su búsqueda incesable de la perfección y simpatía han hecho que cada uno de sus recitales sea un gran espectáculo. Apadrinada musicalmente por el director Herbert von Karajan, Mutter debutó con la Filarmónica de Berlín con solo trece años. Más de cuarenta años de carrera musical ininterrumpida hacen de esta violinista una de las más sólidas intérpretes contemporáneas. Si hablamos de niños-prodigio del violín, podemos añadir otro nombre del que pueden rastrearse en YouTube sus primeras interpretaciones profesionales, hablamos del serbio Stephan Milenkovich (1977).
Repasando los violinistas contemporáneos mencionaremos también a David Garret (1980). Este violinista, modelo y actor alemán ha conquistado al público con sus versiones al violín de grandes hits como el “Viva la Vida” de Coldplay. Con una puesta en escena muy llamativa y colorida, este canto generacional toma una nueva dimensión en al instrumento de cinco cuerdas.
Y terminaremos con quien hemos comenzado, Ara Malikian (1968), libanés con ascendencia armenia afincado en España. Malikian mantiene un intenso programa de conciertos por toda la geografía española y ha favorecido la aproximación al mundo del violín de muchos jóvenes y público en general. Sus interpretaciones de los clásicos, de bandas sonoras del cine y de composiciones propias han conseguido el nada frecuente hecho de que un violinista llene estadios. Tiene mucho mérito.