2017-04-18
Nos pasamos la vida intentando estimular nuestros sentidos, tocar la fibra sensible, el botón exacto, pero nos hemos dado cuenta de que la clave es dejar de buscar, porque ya lo hemos encontrado.
Un viñedo de ensueño, un ciclo vegetativo magnífico, y el cariño de quien trabaja y adora nuestro vino, han dado como resultado un Verdejo excelente.
Sabíamos de antemano que la añada de 2016 no iba a ser como las demás, no solo porque comenzó 10 días más tarde de lo habitual, sino porque era la primera vez que elaborábamos el Verdejo en nuestra nueva casa en Rueda.
La uva utilizada para nuestro Rueda, la autóctona de la zona, es de grano mediano, color dorado verdoso y de hollejo grueso para poder combatir la dureza climática de la zona. Se impregnan en él aromas a boj, fruta tropical, anís y amargor en boca.
La vendimia fue cuidada al máximo detalle, debía realizarse de noche, a baja temperatura para evitar la oxidación de la uva, y una vez recogida, pasa a bodega.
La añada de 2016 no iba a ser como las demás
Allí se encuentra la combinación perfecta entre experiencia e innovación para elaborar nuestros vinos. La uva se recibe en una tolva suspendida que mantiene las uvas a baja temperatura y pasa a depósitos de acero inoxidable de diferentes capacidades. En ellos fermenta el vino logrando una gran longevidad gracias a la utilización de gases inertes.
Nuestro Verdejo pasa unos exhaustivos controles analíticos y de temperatura para que el vino conserve todos los aromas de la uva y así poder generar una amplia y limpia paleta aromática.
Aplicamos técnicas que aportan complejidad al vino
El resultado es un Verdejo fresco, intenso en nariz y vibrante en boca, que destaca por sus aromas de frutas tropicales con presencia de lima y nectarina. Una opción segura para acompañar platos fríos, verduras, pescados blancos y risottos.