(function(w,d,s,l,i){w[l]=w[l]||[];w[l].push({'gtm.start': new Date().getTime(),event:'gtm.js'});var f=d.getElementsByTagName(s)[0], j=d.createElement(s),dl=l!='dataLayer'?'&l='+l:'';j.async=true;j.src= 'https://www.googletagmanager.com/gtm.js?id='+i+dl;f.parentNode.insertBefore(j,f); })(window,document,'script','dataLayer','GTM-56B96V'); window.dataLayer = window.dataLayer || []; function gtag(){dataLayer.push(arguments);} gtag('js', new Date()); gtag('config', 'AW-950953950');
2019-03-12
¿Un paseo entre vides? Desde Bodegas Ramón Bilbao tenemos el objetivo de viajar contigo en torno al ciclo vegetativo de la vid. ¡Haz las maletas nos vamos de viaje! Aunque ya falta poco para el cambio de estación todavía estamos en invierno, cuando las cepas entran en un periodo de reposo, y permanecen dormidas, aproximadamente, hasta mediados de marzo. Es durante estos meses fríos cuando la planta acumula reservas en su tronco y raíces. La cepa que, perdió sus hojas durante el otoño, vive en una fase de letargo, mientras se prepara para la llegada de la primavera.
Cada ciclo anual vegetativo en el hemisferio Norte comienza justo con el fin de la vendimia. A efectos ‘oficiales’ el 1 de noviembre de cada año, es a partir de esta fecha cuando empiezan una serie de trabajos en el campo cuyo fin es la obtención de la mejor uva. Cuando termina la vendimia se procede al labrado de la tierra de cada finca para descompactar el suelo, muy apelmazado tras la recolección de la uva por el paso de tractores, remolques, cajas de vendimia y trabajadores. Con esta técnica se elimina la suela de labor y se esponja la tierra con el paso del arado. Así el agua de lluvia y nieve penetrará mejor en el suelo y subsuelo para alimentar a la planta.
La poda se lleva a cabo desde la caída de la hoja, a mediados de noviembre, hasta algo antes de la brotación, que suele tener lugar a comienzos de abril. Esta es una de las labores que mayor mano de obra especializada necesita. No sólo se trata de cortar los sarmientos agostados de la pasada campaña, hay que dar forma a la cepa. Conducir cada planta de vid de manera precisa para definir la futura producción -número aproximado de racimos- y orientar de la forma más efectiva posible los futuros elementos que nacerán con la brotación: hojas, zarcillos y racimos.
En estos meses, además del labrado, aprovecharemos para realizar algún tipo de enmienda nutricional en el suelo o abonado, en función de sus análisis. De manera general utilizamos materia orgánica, que nutre el suelo y mejora su textura. Si está muy compacto ayudará a esponjarlo y si está muy arenoso a compactarlo.
¡El viaje al ciclo vegetativo de la vid comienza aquí!