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Blog / Gastronomía / Las mejores combinaciones de vinos y carnes
2019-12-03
Encontrar el maridaje perfecto en una comida requiere de una gran experiencia pero, con esta guía sobre cómo se toma el vino tinto, aprenderás los conceptos básicos para elegir un buen vino para tomar con carnes.
La elección de un vino para carnes o para combinar con cualquier otro plato es fundamental para lograr la plena armonía de la comida en su conjunto. Encontrar el balance entre el maridaje y la gastronomía, sobre todo para las personas menos experimentadas, se torna complicado.
Saber cómo se toma el vino tinto requiere de una experiencia previa y de unos conocimientos que no todo el mundo tiene, de ahí que esta guía permita ayudar a todos aquellos que estén buscando las pistas para seleccionar el vino perfecto para cada comida. Concretamente, para maridar con carnes.
La elección de una botella de vino para maridar con carnes depende tanto de la selección del vino como de la calidad del producto con el que se va a combinar. De acuerdo con esto, hay que partir de la base de que ambos productos deben ser de cualidad excelente. La clave se encuentra en conseguir un balance entre los dos, haciendo que uno no oculte los sabores del otro, es decir, que se complementen. Y, a ser posible, que intensifiquen el sabor mutuamente.
Otra de las claves esenciales antes de buscar el maridaje es saber que cada tipo de carne y el modo en que se prepara o cocina, ejerce una gran influencia a la hora de elegir el tipo de vino. También es fundamental romper una ley universal muy utilizada hasta ahora, “la carne sólo se marida con vinos tintos”.
Cuando se elige un vino para platos elaborados con carne, nos tenemos que centrar en que la bebida realce lo mejor de la comida. Si bien es cierto que cada tipo de carne tiene un sabor característico, si hablamos de maridaje con guisos es más importante tener en cuenta el sabor del guiso o plato final que el de la propia carne. Pues la influencia que tiene la forma en la que se cocina será el sabor final con el que habrá que combinarlo.
En términos generales, la carne de cerdo marinada, adobada o a la parrilla suele combinar a la perfección con vinos secos jóvenes que permitan percibir las notas del carbón. Si el cerdo está asado, exigirá una potencia mayor en sabor y un vino con mucho cuerpo.
El maridaje para la carne de ternera depende, sobre todo, del color de su carne. Cuanto más blanca y tierna sea, más ligero deberá ser el vino. En cambio, cuanto más oscura y grasa sea la ternera, la carne pedirá un vino más fuerte y astringente que tenga carácter en boca.
La carne de buey, al comerse habitualmente en chuletón, suele combinarse con vinos más grasos y con cuerpo como los que tienen una larga crianza. Alma de Ramón Bilbao. Un vino, de textura suave y elegante a la vez que contundente, es perfecto para combinar también con carnes de caza, ahumados y ceviches.
En el caso de la carne de cordero, cuanto más joven es el animal más suave es su carne y más sutil es su sabor. Esto es clave a la hora de elegir el maridaje del vino. Aunque, en términos generales, los corderos más jóvenes combinan mejor con los vinos con toques afrutados y los más mayores, con vinos más fuertes y complejos en boca.
Sin embargo, las carnes de caza al proporcionar un sabor tan fuerte y denso en boca, casan mejor con tempranillos o vinos tintos muy contundentes como nuestro vino Alma de Ramón Bilbao. En ocasiones se pueden combinar con vinos dulces, un maridaje que nada tiene que ver con lo que conocemos en la actualidad pero que cada vez se está tratando de desmitificarlo con el objetivo de que los clientes de restaurantes vean que existen nuevas alternativas a la hora de maridar.