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2021-08-10
En estos últimos meses hemos cambiado muchas costumbres: una de ellas ha sido el consumo de vino en los hogares. Cada vez abrimos más botellas en casa, muchas, para tomarlas con nuestra gente. ¿Pero sabemos cómo las copas pueden ayudarnos a mejorar la experiencia?
Si estás leyendo estas líneas es porque tú eres una persona amante del vino, y apostamos a que tu pareja también lo es. El vino es una pasión altamente contagiosa, que establece lazos entre personas pues siempre nos acompaña en los buenos momentos. En este mes en el que es costumbre hacer un regalo a quien está compartiendo la vida con nosotros, te queremos hacer una propuesta: vino y copas.
El buen vino, con buenas copas
Se distinguen a la legua. Las buenas copas emanan una elegancia y un brillo especial. Son de fabricación artesanal utilizando las mejores materias primas. El vidrio incandescente se sopla para crear una a una cada copa, un trabajo realizado por experimentados artesanos en un oficio que nada ha cambiado en siglos.
Las copas de calidad suenan bien, los vinos se crecen entre sus paredes. Tomar un vino en ellas es una experiencia muy gratificante para cualquier winelover y por ende, son siempre un gran regalo. Y si el vino ya está escogido entre la gama Ramón Bilbao, a continuación, mencionamos las principales marcas de copas de prestigio para que aciertes de lleno con tu detalle.
Cuatro marcas de copas de vino para elegir
Riedel es una de las casas míticas de copas, no en vano su actual director es la undécima generación dedicada a la fabricación y comercio de vidrio. En 1973 lanzaron la colección Sommeliers, compuesta en la actualidad por 29 tipos de copa para distintos vinos, espumosos y otras bebidas alcohólicas. Haciendo suya uno de los principios del movimiento Bauhaus en el que la forma se adapta a la función que tiene que desempeñar el objeto, estas copas sopladas se distinguen además por tener la firma Riedel en letra minúscula cursiva en su base.
Muchísimo más reciente es la historia de Grassl Glass, nacida en 2019. Esta marca surgió tras un concienzudo trabajo de campo de su fundador, Alexander Mackh, quien visitó prestigiosas bodegas francesas e italianas testando con sus enólogos qué tipo de copa se adaptaba mejor a los grandes vinos que allí se elaboraban. Se elaboran artesanalmente en Eslovaquia, mediante soplado del vidrio con moldes de madera que tienen que reponerse cuando se ronda las trescientas copas realizadas. Hace un par de meses que están disponibles en el mercado español de la mano de Caskadia.
Las formas angulosas de las copas austriacas Zalto son claramente reconocibles entre los expertos del vino. Lo más curioso es que están diseñadas observando los mismos ángulos de la inclinación de la Tierra (24,48 y 72 grados). Estas medidas ya pueden rastrearse en recipientes para conservación de alimentos en la Antigua Roma y Grecia, pues se afirmaba que se mantenían frescos por más tiempo en las vasijas de estas medidas. Las elegantes copas Zalto, sopladas una a una, no contienen óxido de plomo y presentan una alta resistencia al enturbiamiento. En España las distribuye Klimer.
Y como nota exótica a la fabricación centroeuropea de copas de vino, nos dejamos seducir por la ligereza y brillo de Kimura Glass. Estas copas japonesas disponibles en España en la importadora Salvioni&Alomar están fabricadas en Tokyo por artesanos en el manejo del vidrio. No llevan plomo en su composición. Las principales directrices de esta marca nipona son ofrecer vasos y copas estéticamente agradables con los bordes cuidados, que resulten extremadamente suaves a la hora de beber los líquidos que contienen.
Además de las mencionadas, existen copas para vino diseñadas por prestigiosas marcas de cristalería decorativa, como las francesas Lalique o Baccarat, que pueden ser una buena opción si contamos con un presupuesto más desahogado para nuestra compra.
Lo importante es que gusten, sorprendan y a la vez sean disfrutables. Y que el “chin-chin” al brindar con ellas suene bonito. Se suele decir que el vino se disfruta con los cinco sentidos: su color entra por la vista, sus aromas se perciben por la nariz, el sabor (gusto) y la textura(tacto) por la boca y en el sonido de las copas, está el quinto sentido implicado: el oído.